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jueves, 3 de septiembre de 2020

Poesía de borde

 

Basura es un libro publicado por La gota microediciones , un proyecto editorial asentado en la provincia de Santa Fe que, al momento de la publicación de Basura, lleva más de 70 títulos en su catálogo. Gonzalo Geller es el editor que por segunda vez, nos ofrece la posibilidad de leer a Fran Cisera.





La poesía en Basura surge en lo más espontáneo del lenguaje para decir lo innombrable, lo que puede verse desde el otro lado de una reja, desde el otro lado de un mostrador, o desde el otro lado de la violencia. El autor no busca hablar por nadie, sus versos evocan a diversas personas, pero no en el afán de ocupar el lugar de otros,  sino, más bien, para entablar un diálogo. Tiende un puente que no persigue perderse en el eco de una habitación sino más bien sonar y resonar.

Quien ya leyó a este autor sabe que al leerlo es inevitable sorprenderse. En este  caso, el libro comienza con una dedicatoria que de ninguna manera puede ignorarse: “A Nahir Galarza y Micaela Barattini y a todas las personas privadas de su libertad”. El primer verso ofrece un indicio del tipo de lectura a la que nos enfrentamos: “Y cómo decirte que tengo el corazón atrapado” y más tarde  yo no / yo no he hecho nada”. El “yo” poético sublima la realidad que duele profundamente ante la violencia padecida. Un reclamo que no se desvanece con el correr de la lectura, sino que, más bien, se encrudece. Cisera, parece amalgamarse con diversas voces a lo largo del poemario, en el primer poema, pareciera destituir el sentido común de las frases arriba mencionadas ya que si recordamos la dedicatoria de su poemario “Yo no/ yo no he hecho nada” rompe el esquema de lo dicho, no hay liviandad, ni motivos para sostener el agujero que arrincona al cuerpo ante la lectura.

En algunas oportunidades, resulta complejo abordar desde los permisos poéticos las problemáticas políticas, sin embargo, Cisera es punzante. La forma de sus versos se pierde en el contenido que, a la vez, recupera la forma de los versos.  El “yo” poético descomprime el equilibrio de estos aspectos. Por ejemplo:

Entristecernos es un trabajo

Controlar a los pobres es un trabajo

Reprimir, secuestrar, torturar los.

Vigilar: todos trabajos legales

La consciencia con la que el autor de Basura asume la escritura despilfarra en dosis letales la aventura de la cotidianidad real en la que se sumerge para convidarnos de ello. Pero toda discusión acerca de la realidad es difusa, sin embargo, mientras sumimos la consciencia en la lectura, la realidad es simplemente la testificación que el autor realiza sobre la vida. Osvaldo Picardo en el prólogo de la antología Poesía de pensamiento sostiene: “La poesía -se quiera o no- adquiere un compromiso de conciencia con un “modo” de belleza y de verdad; asume un enfoque cualitativo de la conducta y de los hechos que un autor, real o ficcionalmente, testifica.” (P,4)

 

Molina, te atrapó en sus redes

de hombre araña

cuyo beso como beso de hombre

siempre vale nada

y su abrazo siempre es una trampa

ay amiga nunca nunca confíes en un

hombre

porque siempre será el y su misión

su tarea tan importante

y luego quién sino vos

vas a tener que limpiar este desastre

En el poema “Molina” el autor personifica y, en una relación intertextual, decodifica roles de género por medio de la poesía. La realidad de un hombre no es más que una cuestión de género.  ¿Por qué sino una mujer la que limpia los desastres de un hombre? El estereotipo refuerza la idea de la permisividad como una cuestión arraigada a las asignaciones culturales. No es la mujer araña lo que subyace en esta realidad a la que el autor nos invita, sino el hombre araña con sus patas y su veneno. Por otro lado, hay un giro epistémico en cuanto a las relaciones personales:

corré Molina

escapá

no mires atrás

no hay nada acá.

La desidia con la cual finaliza el poema no es más que una fuerza estrepitosa. Uno no quiere hacer otra cosa que volver a cero y prestar atención a todos los detalles que perdió. En “Roxy L.” surge, nuevamente, la discusión sobre la irreverencia de la cotidianidad masculina  una acabadita sinvergüenza/ bajo el ojo indiferente /de dios o todo lo existente”. Se pone en juego el deseo, que celebra su espontaneidad siempre que permanezca en la verticalidad, y es como si dijera: Roxi, sé todo lo puto que quieras, a vos también te está permitido.

La poesía de Fran es una poesía de borde, una poesía a la que las formas no la condicionan, ni la limitan, no quiere agradar con nadie, ni ser amiga de nadie. Moviliza, por supuesto que moviliza. A mi modo de ver, un libro necesario.


MOLINA

(después de leer a Manuel Puig)

“All I do the whole day thru

is dream of you”

No te vimos la cara en la escena final.

Pero te vemos ahora Molina

con la ventana abierta, a pesar del

coche estacionado afuera

con la ventana abierta a pesar del frío

de la tarde

mirando un punto fijo en el cielo

hacia Devoto

Molina, Molinita, no te vamos a olvidar

cómo podríamos…

a él no lo vamos a nombrar

aunque te llamemos como te llamaba

al final

qué envidia Molinita cuando se metía

en tu cama

nosotras también lo hubiéramos

cuidado tanto

nosotras también le hubiésemos

entregado todo

el corazón

pero no lo perdonamos, te engatusó

Molina, te atrapó en sus redes

de hombre araña

cuyo beso como beso de hombre

siempre vale nada

y su abrazo siempre es una trampa

ay amiga nunca nunca confíes en un

hombre

porque siempre será el y su misión

su tarea tan importante

y luego quién sino vos

vas a tener que limpiar este desastre

y ordenar el despelote

y confortar al héroe

y soportar la indiferencia

y esperar que la justicia

no sea también y solamente un invento

burgués

para seguir usando y abusando

de toda tu ternura

corré Molina

escapá

no mires atrás

no hay nada acá.



NADIE ESCRIBIÓ ESTO

A Brenda Micaela Barattini

Nadie escribió esto

de hecho nunca supe quiénes

somos

quienes ya nos vamos

ya no permitimos que los

hombres nos mientan

llevamos a mano siempre tus

tijeras

la libertad es arrebato

lo demás es dejarse llevar por el

río de mierda

de la cama a la cloaca

a la fosa común

el futuro ya llegó

leerán tus pensamientos

ni lo pienses entonces

no dejes rastros



ROXY L.

Obedece, en silencio

por eso apenas: sobreviviente

condescendiente

obsecuente

decente estudiante de la UNL

desapercibido (como un guiño)

pasa

como desaparecido que recién estaba

y ahorita nomás

dice que lo único que quiere es un

patio

donde fumar en calzoncillo

en verano

una pajita de vez en cuando, en el

patio, claro

una acabadita sinvergüenza

bajo el ojo indiferente

de dios o todo lo existente

del pasto y de la muerte

me llamarás Roxano

la puta inconsecuente

incapaz de concebir

una ventaja, un privilegio, un golpe de

suerte.



Fran Cisera (1986) es de Reconquista, Santa Fe. Publicó Puto Vacío (La gota 2016), Todo rota (Borde perdido 2017), Basura (La gota 2020)